RAWA, un año después del 11 de septiembre

El fin de la guerra en Afganistán no ha supuesto el triunfo de la democracia, la libertad y la igualdad para las mujeres afganas. Por el contrario, los líderes de la Alianza del Norte no difieren en gran medida a los líderes Talibán contra los que las mujeres afganas en general y RAWA (Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán) en particular lucharon en la clandestinidad. En el aniversario de los antentados del 11 de septiembre, esta asociación de mujeres repasa los cambios que se han sucedido en la sociedad afgana en el último año y apunta todo lo que todavía falta por hacer. Para más información sobre RAWA, pincha aquí.


El fundamentalismo es el enemigo de toda la humanidad civilizada, por RAWA

En el transcurso de una larga década, el pueblo de Afganistán --y las mujeres afganas en particular-- ha sido aplastado y martirizado, primero bajo las cadenas y las atrocidades de los fundamentalistas de la Alianza del Norte y después bajo las cadenas de los Taliban. Durante todo este periodo los gobiernos de las potencias occidentales se han empeñado en buscar vías para "trabajar conjuntamente" con esos criminales. Estos gobiernos occidentales no perdieron el sueño delante de la opresión diaria de miseria abyecta que sufría nuestro pueblo bajo el dominio de estas bandas terroristas. Para ellos no era muy importante que día tras día los derechos humanos y los principios democráticos fueran pisoteados de forma inconcebible. Lo que importaba era "trabajar conjuntamente" con los religioso-fascistas para obtener oleoductos en Asia Central que llegaran a puertos de embarque accesibles.

Inmediatamente después de la tragedia del 11 de septiembre el ejército norteamericano se movería para actuar penalizando a sus antiguos mercenarios. Un Afganistán cautivo, sangrante, pauperizado, arrasado por la sequía y enfermo fuer bombardeado hasta el olvido por la maquinaria de guerra más avanzada y sofisticada nunca creada en la historia humana. Vidas inocentes fueron arrancadas, muchas más que aquellas que fueron tomadas por la atrocidad del 11 de septiembre. No siquiera las celebraciones de boda se salvaron. El régimen Taliban y si apoyo a Al-Qaeda fueron demolidos sin dañar en consideración sus recursos humanos en combate. Lo que no ha sido eliminado es la sombra siniestra de la amenaza terrorista en todo el mundo y su alter ego, el terrorismo fundamentalista.

Contra los taliban y contra la Alianza del Norte

Ni el cultivo del opio ni la actividad de los Señores de la Guerra han sido erradicados en Afganistán. No hay ni paz ni estabilidad en este país atormentado, así como no ha habido ningún alivio del azota de la extrema pauperización, prostitución y pillaje gratuito. Lasm ujeres sienten la inseguridad mucho más que en el pasado. El amargo hecho que incluso el personal de seguridad del Presidente del país no pueda ser mantenido sin recurrir a escoltas extranjeros y las recientes acciones terroristas en el país hablan con elocuencia sobre la caótica situación en el país guiada por el terrorismo. ¿Porque es esto así? ¿Porque del ensordecedor alboroto posterior al 11 de septiembre no ha salido nada? Por las siguientes razones que RAWA ha repetido ya tantas veces:

1. Para el pueblo afgano es "salir del fuego y caer en las brasas". En vez de los terroristas taliban, los terroristas yihadi de la Alianza del Norte se han instalado en el poder. Los fundamentalistas Yihadi y los Taliban comrten una ideología común, sus diferencias son las habituales entre los hermanos de credo.

2. Durante alrededor de dos décadas, Osama Ben Laden ha tenido fundamentalistas afganos en su nómina y ha pagado a sus líderes sueldos considerables. El y el Mulá Omar, de la mano de un grupo de seguidores, se equiparon con los recursos comunicativos necesarios, pudieron vivir muchos años bajo la protección de diferentes bandas de Afganistán y Paquistán y continuar conspirando contra el pueblo afgano y el resto de la humanidad.

3. El fenómeno de los Taliban y de Al-Qaeda, como manifestaciones de una ideología y cultura política que contamina un país musulmán, sólo podrían haber sido arrancado de raíz por obra de una insurrección popular así como por el refuerzo y la conquista del poder por parte de fuerzas democráticas laicas. Una limpieza de este tipo no puede limitarse a la eliminación física de personajes como Osama o el Mulá Omar.

Violencia contra las mujeres

La Alianza del Norte nunca podrá desear sinceramente la eliminación de los Taliban y Al-Qaeda, porque esta eliminación significaría el fin de su razón de existir, del apoyo y el respaldo que reciben de fuerzas extranjeras actualmente dominantes en el país. Éste era el razonamiento detrás de la consigna de RAWA en el sentido de derrocar a los Taliban y a Al-Qaeda por medio de una insurrección popular. Desgraciadamente, antes que esta insurrección pudiera llegar, los Taliban y Al-Qaeda cedieron sus posiciones a los "hermanos de la Alianza del Norte" sin pérdidas de consideración.

Con su segunda ocupación de Kabul, la alianza del Norte ha frustrado cualquier esperanza de cambio radical y significativo. Ellos mismos son la fuente y la raíz de la inseguridad, la desgraciada atmósfera policial de la Loya Jirga, el terrorismo incontrolado, la mordaza de la democracia, crueles violaciones de los derechos humanos, creciente pauperización, prostitución y corrupción, florecimiento del cultivo de opio, fracaso al empezar la reconstrucción y multitud de próximos males en una lista demasiado larga de enumerar.

La opresión y los crímenes contra las mujeres abundan en el país en diferentes formas. RAWA siempre ha mantenido que el odio rabioso de los fundamentalistas hacia las mujeres como seres vivos --sean fundamentalistas de la rama Yihadi o Taliban-- no se debre solamente a su educación insana o a su mente enferma, sino que emana de su visión ideológica religioso-fascista. Mientras exista este tipo de ideología apuntalada por fuerzas armadas a su disposición, no se podrán extirpar ni la misoginia enloquecida ni a la legión de males sociales asociados. No es éste un problema que se pueda solucionar con la creación de un Ministerio de Asuntos de la Mujer ni por la presencia de un par de mujeres simbólicas en altos puestos gubernamentales. Tener esperanza en el logro de la libertad, la democracia y la igualdad dentro del marco de un sistema corrupto, basado en la religión y etnocentrista es autoengaño e hipocresía, o las dos cosas a la vez.

La experiencia de RAWA

No nos alegramos por el hecho que se hayan vuelto a cumplir las predicciones de RAWA en relación a las consecuencias del dominio de la Alianza del Norte por segunda vez. Aquellas personas que clamaban que la Alianza del Norte eran mejores --y por tanto preferibles-- a los Taliban han de despertar del sueño y pedir perdón a nuestro pueblo por sus sermones nocivos. El establecimiento de la democracia y la justicia social sólo es posible derrocando el dominio fundamentalista como condición principal. Esto no se puede conseguir sin una campaña organizada e irreconciliable de las masas de mujeres contra el fundamentalismo, sus agentes y sus defensores.

Algunas entidades políticamente insolventes que no tienen vergüenza en servir a la Alianza del Norte con la esperanza de asegurar posiciones a barrar para casa etiquetan a RAWA como "maoísta" o "radical" a caisa de nuestras posturas y visiones decididas e irreconciliables. ¿Pero acaso la situación vigente prueba la falacia de las posiciones de RAWA o más bien al contrario abofetea la cara de los señores y las señoras inclinados para confabular y mentir? ¿El asesinato del vicepresidente y un ministro del gabinete así como el impedimiento de invertigar las muertes, el descubrimiento de fosas comunes y la prohibición de cantar a las mujeres y de la danza en la televisión, la censura en los medios de comunicación, fatwas arbitrarias contra mujeres acusadas de blasfemia o apostasia, violaciones en grupo y expulsión de mujeres trabajando para ONGs internacionales, la desagradable campaña de convertir en ídolo a Ahmad Shah Massud... no hay suficiente para darse cuenta que la indulgencia y la permisividad hacia estos perros rabiosos sólo sirve para hacerlos más feroces?

La experiencia de RAWA combatiendo el fundamentalismo, especialmente en el transcurso de los últimos 10 años, nos motiva a todas para ser más persistentes en nuestros intentos por mobilizar a las mujeres hasta en los lugares más remotos de nuestro país. Al mismo tiempo, no desistimos a la hora de perseguir una política irreconciliable frente al fundamentalismo y de mantenernos en solidaridad con todas las fuerzar prodemocráticas. Creemos incondicionalmente que dejando a un lado las trágicas muertes de 300 inocentes norteamericanos y no norteamericanos y la pena y el duelo de decenas de miles más, el monstruoso ataque terrorista del 11 de septiembre ha mostrado al mundo la nefasta pestilencia que significa el fundamentalismo; ha mostrado al mundo el tipo de infierno que viven los pueblos de Afganistán, Irán, Algeria, Sudán y otros países.

Por una coalicion mundial contra el fundamentalismo

El fundamentalismo es el enemigo mortal de la humanidad civilizada; para hacerle frente hace falta acción consolidada de todas las naciones amantes de la libertad en el mundo. La actual "coalición mundial contra el terrorismo" ha sido desvalorizada por innumerables ambigüedades e impurezas de propósitos, motivaciones y objetivos. Las contradicciones ente los poderes mundiales mostrarán su fracaso. Por eso corresponde a los individuos y a las organizaciones antifundamentalistas trabajar conjuntamente por la justicia social en el mundo para conseguir contener y en último término eliminar de una vez para siempre la plaga del fundamentalismo, de modo que la tragedia del 11 de septiembre no se vuelva a repetir nunca más, ni en los Estados Unidos ni en ningún otro sitio.

RAWA se enorgullece por el hecho que hasta hoy hayamos sido capaces de establecer contacto con un número considerable de organizaciones contra el terrorismo en los cinco continentes y de disfrutar de su apoyo moral y material. Sin embargo, para el propósito de reivindicar una lucha más enérgica y amplia contra el terrorismo es necesario que esta solidaridad se extienda y se refuerce. En este sentido damos la mano a todas las personas y organizaciones que aman la libertad.

Querríamos aprovechar esta ocasión para expresar una vez más nuestras condolencias a todas aquellas personas que han perdido a su gente querida en la salvaje calamidad del 11 de septiembre así como a las amistades y familias de aquellos compatriotas inocentes --todos aquellos anti-Taliban y anti-Alianza del Norte-- que fueron hechos pedazos bajo los bolbardeos norteamericanos. Sinceramente esperamos que un gran número de aquellos afligidos y dolidos por sus seres queridos se sumarán, tarde o temprano, a las legiones mobilizadas contra el fascismo fundamentalista en sus respectivos países y a nivel internacional.

No a Al-Qaeda, no a los Taliban, no a la Alianza del Norte! Viva Afganistán Libre, Democrático y Próspero! Victoria para la Guerra Decisiva de las Mujeres Afganas contra el Fundamentalismo y por la Democracia! Viva la Solidaridat Internacional contra el Terrorismo Fundamentalista!

Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán (RAWA)