Marcha
Internacional de Mujeres por los Derechos Humanos
Ante
la desinformación sobre el conflicto entre palestinos e israelíes,
más de un centenar de mujeres de varios países participaron
a finales de diciembre y durante tres semanas en una marcha silenciosa
por los derechos humanos. Mujeres europeas, norteamericanas y australianas,
acompañadas por representantes de las comunidades palestina e israelí,
recorrieron los dos territorios, reuniéndose con activistas y
gente corriente que pudo informarles de primera mano sobre la ocupación,
el terrorismo, el muro de "seguridad", los campos de refugiados
y la situación en la que se encuentra el conflicto en la actualidad.
Esta es la crónica de esa marcha por la esperanza.
Foto: Marcha
de las luces // Niels Eriksson |
Amigas
y amigos,
La Marcha Internacional de Mujeres por los Derechos Humanos ha terminado
y ha sido mucho más dura y ha tenido mucho más éxito de lo que ninguna
de nosotras podía esperar.
Ha sido una marcha de tres semanas (desde el 20 de diciembre hasta
el 10 de enero) a través de Israel y Palestina y entre 100 y 150
mujeres de otros países vinieron para participar, además de las
locales, palestinas e israelíes, que fueron incorporándose intermitentemente.
Hubo manifestaciones en todas las grandes ciudades palestinas (excepto
en Nablus donde había toque de queda) y de Israel (excepto en Haifa).
A lo largo de la Marcha, las mujeres fueron testigos del rostro
más brutal de la ocupación -puestos de control, toques de queda,
vallas, viviendas demolidas, el muro de "seguridad", los campos
de refugiados y, en el lado israelí, los lugares de los terribles
suicidas con bombas. |
Fue
como un circuito VIP al revés: en lugar de reuniones con autoridades
oficiales, las participantes se reunieron sobre todo con gente corriente:
familias palestinas e israelitas, representantes de organizaciones de
base, soldados israelíes en los controles, palestinos intentando pasarlos.
La parte palestina organizó un encuentro con Arafat; en la parte israelí,
una amplia lista de autoridades (Sharon, entre otros) se negaron a reunirse
con nosotras con la excusa de que no se había preparado con suficiente
antelación, aunque el miembro de la Knesset (Parlamento Israelí) Issam
Makhoul (del Partido de izquierdas Hadash) encontró tiempo para vernos.
En los dos lados, el grupo se reunió con un abanico de organizaciones
progresistas preocupados de temas como la paz, los derechos humanos,
la justicia social y las mujeres, y pudo enterarse de la relación entre
ocupación, desigualdad y pobreza y de sus consecuencias para ambos pueblos.
Y las mujeres pasaron noches inolvidables con familias en Palestina
y en la región del desierto de Israel con familias beduinas.
La marcha se desarrollaba cada día durante más o menos una hora; una
fila de mujeres silenciosas andando por las calles de las ciudades y
las carreteras más concurridas, llevando pancartas que pedían el fin
de la ocupación y la protección de los derechos humanos. Mucha gente
se paraba a mirar y aceptaban los panfletos donde se explicaba quienes
éramos. Aunque las marchas silenciosas no son comunes en Oriente Medio,
nosotras también hemos empezado a apreciar su poder, irradiando dignidad
y constancia, mientras caminábamos con un tiempo muy desapacible.
Pero todas las mujeres
de Europa, Norteamérica y Australia eran activistas con experiencia,
¿quien sino se iba a meter en este lío?, y enseguida añadieron a la
marcha un intenso componente de activismo.
Foto: Plantación
de un olivo // Niels Eriksson
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Algunas
muestras:
*** Después de comprobar las increíbles condiciones del control
de Erez, las mujeres mostraron su solidaridad con los trabajadores
palestinos que volvían a Gaza , saliendo a su encuentro y saludándoles
con muestras de apoyo. Como el ejercito impidió que las manifestantes
entraran en Gaza, incluso aquellas que tenían permisos explícitos
para hacerlo, el grupo consiguió pasar un camión con comida para
los niños y niñas de Gaza y mensajes de solidaridad para la población
oprimida, que fue recibido en el otro lado por una multitud de mujeres
palestinas y autoridades. A este hecho se le dio una gran cobertura
en los medios de comunicación palestinos, pero los periodistas israelíes
no se interesaron nada.
*** Las participantes visitaron sus propias embajadas en Tel-Aviv
para entregar una carta pidiendo a sus gobiernos "exigir al Gobierno
Israelí parar de inmediato las acciones militares contra la población
civil; acelerar la entrega urgente de alimentos y medicinas; reclamar
a las Naciones Unidas el despliegue de una Fuerza de Paz Internacional
para garantizar la seguridad de la población civil en ambos lados
y exigir la implementación de las resoluciones de las Naciones Unidas".
En Jerusalén, se entregó una carta similar a Sharon y una petición
a la oficina de Naciones Unidas en Belem.
*** Después de enterarnos del prolongado ataque israelí a Nablus,
una historia de muerte y destrucción que nunca ha sido correctamente
contada tanto por la prensa internacional como por la israelí, las
mujeres aportaron dinero para otro camión con comida para criaturas
que fue entregado a las mujeres de Nablus. Una delegación de tres
participantes consiguieron entrar y hacer entrega de estos vitales
alimentos.
*** El último día de la marcha, tuvo lugar una manifestación en
el control de Qalandia, que separa Jerusalén de Ramalah. Palestinas/os,
internacionales y un pequeño grupo de israelíes (pequeño porque
el mismo día tenían lugar otras dos importantes acciones políticas)
se manifestaron en los dos lados del puesto de control, lo que recibió
gran atención de los medios de comunicación internacionales en todo
el mundo... menos en Israel. |
Foto: Manifestación
en Qalandia // Rachel Amram
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La
marcha fue intensa y agotadora y todas la terminamos con una tos
crónica debido a las horas pasadas al aire libre con frío y lluvia,
para volver a unas habitaciones poco calientes, duchas tibias
y nunca suficiente sueño.
Pero todas
volvimos con algo más: 150 mujeres de todo el mundo comprometidas
y capaces, saben ahora más sobre el conflicto de Oriente Medio
que todos los políticos del mundo sentados en sus lujosas oficinas.
Han visto la ocupación con sus propios ojos y nadie ha de decirles
que no tiene nada que ver con la seguridad para Israel. Las mujeres
hablaron con un anciano palestino, de 107 años dijo, cuyo nieto
había muerto en el conflicto. "Os iréis y yo me quedaré y nada
cambiará" dijo a las mujeres. No creo que hubiera una sola mujer
en el grupo que no tomara la resolución de evitar que esta amarga
declaración se convirtiera en realidad.
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En representación
del Comité Organizador de la Marcha de la Coalición Mujeres por la Paz,
la parte Israelí de la marcha, estamos muy agradecidas a todas/os las
que invirtieron su tiempo, dinero y energía y se atrevieron a hacer
un viaje a nuestra turbulenta parte del mundo, a compartir nuestra lucha
para conseguir una paz justa entre nuestros pueblos. Seremos vuestras
compañeras comprometidas con el activismo.
Shalom, paz y justicia, desde Israel,
Omaima Abu-Ras,
Nicole Cohen-Addad, Rachel Amram, Yvonne Deutsch, Pnina Firestone, Yana
Knopova, Gili Pliskin, Michal Pundak, Taghrid Shbeita, Aliyah Strauss,
Gila Svirsky, and Alix Weizmann
Enero de 2004
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Con especial gratitud
a:
* The Jerusalem
Center for Women, que representa a la Unión General de Mujeres Palestinas,
por ser nuestras constantes compañeras en la planificación y la implementación
de esta marcha.
*Nuestras amistades,
cuyo constante y generoso apoyo hace posible nuestro trabajo: Sally
Gottesman, Heinrich Boell Stiftung, Kvinna till Kvinna Foundation, Manchester
Jewish Socialists, the Moriah Fund, Rosa Luxemburg Stiftung, Samuel
Rubin Foundation otros muchos amigos y amigas tenaces.
* A cuantos nos
han echado una mano: Treesa del Israel Team of the Ecumenical Accompaniers
Program, por su infatigable y total apoyo; los magníficos conductores
Radwan, Issam y Naif; las habilidades culinarias de Bint al-Balad y
Daphna Cohen de Kol Ha-Isha; Rabbi Na'ama Kelman de Judaism with a conscience;
los organizadores del Negev, Shari Edelstein, Yeela Livnat y Vivian
Silver; al-Rabita Committee for Jaffa Arabs; Vera Reider que recibió
a las mujeres que llegaban al aeropuerto, día y noche; y todos los muchos
activistas que dedicaron parte de su tiempo para hablar con el grupo.
Gracias a todos
Traducción.
Marisa Méndez-Vigo. Mujeres de Negro
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