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Marcha Internacional de Mujeres por los Derechos Humanos
Ante la desinformación sobre el conflicto entre palestinos e israelÃes, más de un centenar de mujeres de varios paÃses participaron a finales de diciembre de 2004 y durante tres semanas en una marcha silenciosa por los derechos humanos. Mujeres europeas, norteamericanas y australianas, acompañadas por representantes de las comunidades palestina e israelÃ, recorrieron los dos territorios, reuniéndose con activistas y gente corriente que pudo informarles de primera mano sobre la ocupación, el terrorismo, el muro de "seguridad", los campos de refugiados y la situación en la que se encuentra el conflicto en la actualidad. Esta es la crónica de esa marcha por la esperanza.
Amigas y amigos,
La Marcha Internacional de Mujeres por los Derechos Humanos ha terminado y ha sido mucho más dura y ha tenido mucho más éxito de lo que ninguna de nosotras podÃa esperar.
Ha sido una marcha de tres semanas (desde el 20 de diciembre hasta el 10 de enero) a través de Israel y Palestina y entre 100 y 150 mujeres de otros paÃses vinieron para participar, además de las locales, palestinas e israelÃes, que fueron incorporándose intermitentemente. Hubo manifestaciones en todas las grandes ciudades palestinas (excepto en Nablus donde habÃa toque de queda) y de Israel (excepto en Haifa). A lo largo de la Marcha, las mujeres fueron testigos del rostro más brutal de la ocupación -puestos de control, toques de queda, vallas, viviendas demolidas, el muro de "seguridad", los campos de refugiados y, en el lado israelÃ, los lugares de los terribles suicidas con bombas.
Fue como un circuito VIP al revés: en lugar de reuniones con autoridades oficiales, las participantes se reunieron sobre todo con gente corriente: familias palestinas e israelitas, representantes de organizaciones de base, soldados israelÃes en los controles, palestinos intentando pasarlos. La parte palestina organizó un encuentro con Arafat; en la parte israelÃ, una amplia lista de autoridades (Sharon, entre otros) se negaron a reunirse con nosotras con la excusa de que no se habÃa preparado con suficiente antelación, aunque el miembro de la Knesset (Parlamento IsraelÃ) Issam Makhoul (del Partido de izquierdas Hadash) encontró tiempo para vernos. En los dos lados, el grupo se reunió con un abanico de organizaciones progresistas preocupados de temas como la paz, los derechos humanos, la justicia social y las mujeres, y pudo enterarse de la relación entre ocupación, desigualdad y pobreza y de sus consecuencias para ambos pueblos. Y las mujeres pasaron noches inolvidables con familias en Palestina y en la región del desierto de Israel con familias beduinas.
La marcha se desarrollaba cada dÃa durante más o menos una hora; una fila de mujeres silenciosas andando por las calles de las ciudades y las carreteras más concurridas, llevando pancartas que pedÃan el fin de la ocupación y la protección de los derechos humanos. Mucha gente se paraba a mirar y aceptaban los panfletos donde se explicaba quienes éramos. Aunque las marchas silenciosas no son comunes en Oriente Medio, nosotras también hemos empezado a apreciar su poder, irradiando dignidad y constancia, mientras caminábamos con un tiempo muy desapacible.
Pero todas las mujeres de Europa, Norteamérica y Australia eran activistas con experiencia, ¿quien sino se iba a meter en este lÃo?, y enseguida añadieron a la marcha un intenso componente de activismo.
Algunas muestras:
*** Después de comprobar las increÃbles condiciones del control de Erez, las mujeres mostraron su solidaridad con los trabajadores palestinos que volvÃan a Gaza , saliendo a su encuentro y saludándoles con muestras de apoyo. Como el ejercito impidió que las manifestantes entraran en Gaza, incluso aquellas que tenÃan permisos explÃcitos para hacerlo, el grupo consiguió pasar un camión con comida para los niños y niñas de Gaza y mensajes de solidaridad para la población oprimida, que fue recibido en el otro lado por una multitud de mujeres palestinas y autoridades. A este hecho se le dio una gran cobertura en los medios de comunicación palestinos, pero los periodistas israelÃes no se interesaron nada.
*** Las participantes visitaron sus propias embajadas en Tel-Aviv para entregar una carta pidiendo a sus gobiernos "exigir al Gobierno Israelà parar de inmediato las acciones militares contra la población civil; acelerar la entrega urgente de alimentos y medicinas; reclamar a las Naciones Unidas el despliegue de una Fuerza de Paz Internacional para garantizar la seguridad de la población civil en ambos lados y exigir la implementación de las resoluciones de las Naciones Unidas". En Jerusalén, se entregó una carta similar a Sharon y una petición a la oficina de Naciones Unidas en Belem.
*** Después de enterarnos del prolongado ataque israelà a Nablus, una historia de muerte y destrucción que nunca ha sido correctamente contada tanto por la prensa internacional como por la israelÃ, las mujeres aportaron dinero para otro camión con comida para criaturas que fue entregado a las mujeres de Nablus. Una delegación de tres participantes consiguieron entrar y hacer entrega de estos vitales alimentos.
*** El último dÃa de la marcha, tuvo lugar una manifestación en el control de Qalandia, que separa Jerusalén de Ramalah. Palestinas/os, internacionales y un pequeño grupo de israelÃes (pequeño porque el mismo dÃa tenÃan lugar otras dos importantes acciones polÃticas) se manifestaron en los dos lados del puesto de control, lo que recibió gran atención de los medios de comunicación internacionales en todo el mundo... menos en Israel.
La marcha fue intensa y agotadora y todas la terminamos con una tos crónica debido a las horas pasadas al aire libre con frÃo y lluvia, para volver a unas habitaciones poco calientes, duchas tibias y nunca suficiente sueño.
Pero todas volvimos con algo más: 150 mujeres de todo el mundo comprometidas y capaces, saben ahora más sobre el conflicto de Oriente Medio que todos los polÃticos del mundo sentados en sus lujosas oficinas. Han visto la ocupación con sus propios ojos y nadie ha de decirles que no tiene nada que ver con la seguridad para Israel. Las mujeres hablaron con un anciano palestino, de 107 años dijo, cuyo nieto habÃa muerto en el conflicto. "Os iréis y yo me quedaré y nada cambiará" dijo a las mujeres. No creo que hubiera una sola mujer en el grupo que no tomara la resolución de evitar que esta amarga declaración se convirtiera en realidad.
En representación del Comité Organizador de la Marcha de la Coalición Mujeres por la Paz, la parte Israelà de la marcha, estamos muy agradecidas a todas/os las que invirtieron su tiempo, dinero y energÃa y se atrevieron a hacer un viaje a nuestra turbulenta parte del mundo, a compartir nuestra lucha para conseguir una paz justa entre nuestros pueblos. Seremos vuestras compañeras comprometidas con el activismo.
Shalom, paz y justicia, desde Israel,
Omaima Abu-Ras, Nicole Cohen-Addad, Rachel Amram, Yvonne Deutsch, Pnina Firestone, Yana Knopova, Gili Pliskin, Michal Pundak, Taghrid Shbeita, Aliyah Strauss, Gila Svirsky, and Alix Weizmann
Enero de 2004
Con especial gratitud a:
* The Jerusalem Center for Women, que representa a la Unión General de Mujeres Palestinas, por ser nuestras constantes compañeras en la planificación y la implementación de esta marcha.
* Nuestras amistades, cuyo constante y generoso apoyo hace posible nuestro trabajo: Sally Gottesman, Heinrich Boell Stiftung, Kvinna till Kvinna Foundation, Manchester Jewish Socialists, the Moriah Fund, Rosa Luxemburg Stiftung, Samuel Rubin Foundation otros muchos amigos y amigas tenaces.
* A cuantos nos han echado una mano: Treesa del Israel Team of the Ecumenical Accompaniers Program, por su infatigable y total apoyo; los magnÃficos conductores Radwan, Issam y Naif; las habilidades culinarias de Bint al-Balad y Daphna Cohen de Kol Ha-Isha; Rabbi Na'ama Kelman de Judaism with a conscience; los organizadores del Negev, Shari Edelstein, Yeela Livnat y Vivian Silver; al-Rabita Committee for Jaffa Arabs; Vera Reider que recibió a las mujeres que llegaban al aeropuerto, dÃa y noche; y todos los muchos activistas que dedicaron parte de su tiempo para hablar con el grupo.
Gracias a todos
Traducción. Marisa Méndez-Vigo. Mujeres de Negro