Zoran
Solomun: El documentalista de los Balcanes
Zoran Solomun
es un director de cine de Belgrado que vive en Berlín desde 1990.
De 1995 a 1997 filmó la película documental Mujeres de Negro
junto a la alemana Helga Reidemeister. A través de las palabras y
de los rostros de las miembros del grupo de Belgrado y de algunas
de las participantes en el Encuentro Internacional de Novi Sad el
cineasta reúne para el espectador imágenes de unas mujeres únicas
que no sucumbieron a la enésima guerra europea.
Lo visitamos en
su estudio berlinés. Allí nos describió sus experiencias
con el grupo de Belgrado, sus recuerdos de la grabación de
la película documental y sus previsiones de futuro para el
movimiento.
La
amistad como inspiración: el documental de Mujeres de Negro
Zoran-
Cuando en 1978 empecé a estudiar en la universidad
había en Yugoslavia un fuerte movimiento neofeminista. Se trataba
de mujeres académicas que tomaban las ideas de la emancipación de
la mujer de los libros, y para la generación de hombres este movimiento
fue también muy importante. Mis amigas estaban muy implicadas con
estas ideas y con ellas hacía muchas actividades en campos muy distintos.
Acciones políticas, pero también que tenían que ver con mis actividades
fílmicas. En 1990 me fui de Yugoslavia hacia Berlín y después empezó
la guerra. Y mis amigas, por ejemplo Stasa Zajovic o Lepa Mladenovic,
fundaron el grupo de Mujeres de Negro. Al grupo se unieron mujeres
totalmente diferentes: jóvenes, viejas, feministas y no feministas,
religiosas, socialistas, etc. Eran mujeres muy activas políticamente,
el grupo más fuerte de Serbia. En 1992 eran sólo 15 mujeres que se
concentraban en la calle, no era nada especial, simplemente permanecían
paradas con carteles en la calle.
Pero
por eso era lógico que hiciera este documental. Yo soy director de
cine, ellas son mis mejores amigas, era una situación que a mi me
parecía interesante, yo quería mostrar un poco en Europa occidental
lo que estaba pasando allí. Y entonces le pregunté a una amiga mía
que es directora de documentales aquí en Berlín, Helga Reidemeister,
si lo quería hacer conmigo. Tardamos un año en hacer el filme, empezamos
en diciembre de 1995 y estuvimos rodando en 1996 durante todo el año,
en Sarajevo, en Belgrado, en el congreso de Novi Sad, y acabamos a
finales de enero de 1997 durante las grandes manifestaciones en Belgrado.
Un
episodio del filme: el Encuentro Internacional de Mujeres contra la
Guerra de Novi Sad
Zoran-
La activista italiana Luisa Morgantini tuvo
la idea de que las mujeres de la ex-Yugoslavia que son activistas
por la paz (croatas, eslovenas, bosnias, serbias) se encontraran en
Italia. Y luego decidieron repetirlo al año siguiente pero no en Italia
sino en algún lugar de la ex-Yugoslavia. Y al primer encuentro acudieron
muchas mujeres de Croacia, de Eslovenia, --de Bosnia no porque todavía
había guerra y no era posible-- y además también mujeres españolas,
italianas, alemanas, etc. Este fue el primer encuentro internacional,
en Novi Sad. Luego vinieron más, de Australia, de Canadá, de Francia,
etc. De donde menos vienen es de Europa del Este, esto es todavía
un problema. Primero porque no hay tantas activistas por la paz en
los países del este europeo y luego las que hay son muy pobres y no
reciben financiación para asistir al encuentro.
Y
así se convirtió en un encuentro internacional, el más importante,
yo diría, del mundo, al que asisten unas 250-300 mujeres de diferentes
grupos. Siempre era en Novi Sad, luego una vez se celebró en un pueblo
en la frontera con Hungría. Se trata de un pueblo legendario, donde
una vez no se apuntó ningún hombre a la movilización, un lugar donde
hubo un rechazo espontáneo contra la guerra, y por eso celebraron
allí el encuentro, y entonces otra vez en Novi Sad. En 1996, por primera
vez, y esto fue muy importante, vinieron mujeres de Bosnia y de Kosovo.
El documental muestra este encuentro. Cuando empezó la guerra en Kosovo
y las represalias fueron más fuertes, en 1997 o 1998, organizaron
el encuentro por primera vez en Ulcinj, una pequeña ciudad en Montenegro,
en la frontera con Albania, por la población albanesa. De esto modo
fue posible que las mujeres de Kosovo también asistieran, en Belgrado
o en Novi Sad hubiera sido demasiado peligroso, y por eso se celebró
el encuentro aquí durante dos años. El último año fue también en Novi
Sad, por décima vez, y entonces decidieron que se había acabado, que
ya no lo harían más. Porque para las mujeres de Belgrado es demasiado
agotador. Ellas dijeron: "Yugoslavia ya no está en guerra. Durante
la guerra fue necesario y lo hicimos. Pero ahora lo haremos no cada
año, sino probablemente cada dos años, y en diferentes lugares".
Las
actividades de Mujeres de Negro desde el final de la guerra
Zoran-
Mujeres de Negro todavía funciona como grupo
pero de un modo distinto, se han profesionalizado un poco por así
decirlo. Porque desde hace tres años tienen también proyectos que
reciben una financiación. Hasta ahora lo hacían todo con apenas dinero
o sin dinero y todo el tiempo recibían financiación de grupos feministas
parecidos, y eso era poco. Ahora por primera vez han recibido una
importante financiación de la fundación alemana Heinrich Böll para
un gran proyecto que se llama taller itinerante de mujeres por la
paz. Consiste en que mujeres de Belgrado viajen por Serbia y se encuentren
con grupos de mujeres en la provincia. Grupos literarios o de trabajos
manuales. Grupos de mujeres sencillas, no de activistas políticas.
Se crea una red entre estos pequeños grupos en Serbia, Montenegro,
Kosovo, etc. Allí discuten sobre cuestiones importantes, sobre nacionalismo,
sobre el odio, e intentan mediar entre los distintos grupos y entonces
se va formando una gran red que en el futuro puede jugar un papel
muy importante.
Mujeres
de Negro es un movimiento internacional y su forma de hacer política
es totalmente alternativa, es decir, fuera del sistema parlamentario.
Es muy difícil cambiar las cosas dentro del sistema parlamentario.
Esto lo vemos desde hace 50 años. Hay una necesidad de oposición extraparlamentaria,
porque en el parlamento no pasa nada, es sólo un instrumento que hace
posible que el poder se mantenga. A veces Mujeres de Negro trabaja
con miembros de partidos políticos. En la provincia de Serbia, por
ejemplo, hay a veces personas que pertenecen a partidos conservadores
y que son en realidad muy buenos, que quieren hacer algo por su comunidad,
que no pertenecen a ninguna mafia --hay también partidos democráticos
que se han unido a alguna mafia-- personas sólidas. Entonces estas
mujeres han dicho: esta persona está bien, con él se puede hacer algo,
da igual a qué partido pertenezca. Ellas son pragmáticas e inteligentes,
naturalmente no trabajan con fascistas, sólo con la gente con la que
se pueden entender.
Los
resultados: sólidos cimientos para una densa red de solidaridad entre
mujeres
Zoran-
Mujeres de Negro de Belgrado son un pequeño
grupo, por tanto no se les puede preguntar porque no han cambiado
la política en Serbia. Ellas hacen trabajo de base. Crean una red
entre grupos de mujeres, un grupo literario, uno de trabajos manuales,
uno deportivo, una unión feminista, etc. Hay una ciudad, por ejemplo,
en el sur que se llama Novi Pazar. Es una ciudad en una zona de Serbia
donde la mayoría de la población es musulmana serbia. Son serbios
eslavos que durante el imperio otomano adoptaron la religión musulmana,
igual que en Bosnia. Y esta población eslava adoptó el Islam, pero
ellos hablan serbocroata. Ellos viven en esta zona y allí naturalmente
también viven serbios que han permanecido cristianos y entre ellos
ha habido siempre muchos problemas. Allí hay un grupo de mujeres musulmanas
y un grupo de mujeres serbias. Estos dos grupos no quieren tener nada
que ver con el otro. Son grupos de mujeres, pero son nacionalistas.
Ellas tienen también miedo y piensan: "qué dirá mi marido si voy con
una serbia". Lo que hacen Mujeres de Negro es ir allí, trabajar con
un grupo y luego con el otro. Entonces van a otra ciudad serbia donde
también hay un grupo de mujeres serbias, por tanto serbias cristianas,
y les proponen ir a Novi Pazar para hacer un taller. Toman a las mujeres
de otra parte de Serbia y las llevan allí. Y estas mujeres no tienen
nada en contra de los musulmanes, ellas no conocen este problema,
y a las mujeres musulmanas les pasa lo mismo, entonces se reúnen,
discuten y no pasa nada. Se entienden perfectamente porque tienen
los mismos problemas: los hombres beben, pegan a los niños, etc. Y
entonces ven a estas otras mujeres serbias de su misma ciudad y piensan:
"bueno, si las otras mujeres serbias van, porque estas no". Y también
fueron. Y eso fue fantástico.
Sobrevivir
a la guerra ya es suficiente
Zoran-
Tengo que decir que yo también he aprendido algo de este grupo. Lo
primero que las Mujeres de Negro han conseguido en estos diez años
de guerra es mantenerse vivas. Se han mantenido con la cabeza clara,
han sobrevivido, no han caído en una depresión, vivien y trabajan.
Lo segundo es todo lo que han hecho: escribir una revista, enviar
desertores de Serbia a Alemania, a Hungría, etc. Esto también, pero
lo primero es que se han salvado a sí mismas. Eso también se tiene
que saber. Han sido realistas, pragmáticas y han funcionado a pesar
de todos los problemas que han tenido. En estas difíciles situaciones
se aprende que no hay ninguna solución ideal y todavía menos personas
ideales. Ellas son personas que también cometen errores, pero ellas
son buenas, éste es el mejor grupo en Serbia con diferencia. También
moralmente tienen crédito para decir lo que quieren, nunca han aceptado
dinero del gobierno estadounidense, o de cualquier otro gobierno.
Esta es la primera vez que han recibido dinero de una fundación que
no pertenece a ningún partido. Han recibido ofertas de World Aid,
de EUA, pero ellos querían que hicieran esto y lo otro con el dinero.
Ellas están moralmente limpias, nunca han aceptado dinero de aquí
y de allá, como sí han hecho muchas ONG's de Europa del Este.
Mujeres
de Negro no es un grupo feminista, esto hay que saberlo, es un grupo
de mujeres. Allí también hay mujeres que tienen puntos de vista muy
clásicos sobre la familia. El grupo salió del movimiento feminista
y no existiría sin estas ideas activas, claras y políticas. Pero entonces
viene una mujer de sesenta años que ha estado toda su vida en la cocina
y dice: "yo quiero participar, en esta dirección no me quiero involucrar,
pero por la paz sí que me involucraría". Es un grupo muy heterogéneo.
Incluso sobre la pregunta de qué se entiende por feminismo. Neda,
por ejemplo, la más mayor, era ya feminista en 1922, y sus ideas son
naturalmente distintas de las de aquellas que siguieron esta dirección
política a partir de los años 70.
Presente
y un posible futuro para el movimiento de Mujeres de Negro
Zoran-
En los
últimos años se han incorporado quizás cuatro, cinco o seis mujeres.
Pero es como sacrificarse: tienen que ir a las reuniones y además
tienen que ir a trabajar. Las mujeres más mayores, que son pensionistas,
ya no vienen más, vienen mujeres más jóvenes. Pero se tiene que trabajar
y no se recibe nada a cambio, van a las calles y les escupen, les
llaman traidoras, les dicen que se vayan a Alemania, y cosas así.
Hay muchas mujeres que van, permanecen allí unos dos meses y luego
dicen que no pueden más, luego vuelven más tarde, pero sólo cinco
o seis se han quedado. Luego un par se han ido a otros grupos. La
situación actual es que son un grupo que existe ya desde hace mucho
tiempo, hacen cosas que están muy bien, pero la energía que tenían
hace seis o siete años ha desaparecido. Quizás vuelva, veremos, quizás
se institucionalicen, igual que muchos otros grupos, es difícil de
decir. Hoy en día es más fácil porque hay una mayor tradición y muchos
más grupos y también tienen más dinero, más posibilidades, ganan más
dinero y se pueden permitir ir allí una vez a la semana. Pero ha habido
también una despolitización desde hace diez años, este ánimo casi
eufórico de los años 60 y 70 ha desaparecido.
© Susana
Galán, WLOE. Marzo 2002.
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