1) ¿A
quién culpar?
Escuchando las
reacciones de los transeúntes en la reciente concentración
de Mujeres de Negro en Jerusalén, podría pensarse que
ha sido nuestro pacífico pequeño grupo el que ha puesto
a Hamas en el poder.
Esta idea procede de los políticos israelíes de derechas,
que afirman que Hamas ganó debido a la retirada de Gaza y otros
gestos conciliadores, que “recompensan al terrorismo”.
Desde luego, Bibi Netanyahu & cia. están encantados con
la victoria de Hamas, sobre la cual pueden construir ahora una campaña
electoral basada en el miedo y recuperar votantes que últimamente
se habían vuelto algo más moderados.
Pero ésta es mi opinión de lo que ha propiciado la victoria
de Hamas en las recientes elecciones: la incapacidad de Israel de
sentarse a negociar el fin de la ocupación. Esto a menudo se
expresa como "el fracaso de Fatah para progresar en la paz”,
pero nos llevan a lo mismo: Al-Fatah fracasó porque Israel
rechazó ofrecer una recompensa a la moderación, negándose
a sentarse y negociar con ellos.
Y ¿qué hay de cierto en el argumento de la corrupción
–que votar a Hamas era también un voto contra la corrupción
de los políticos de Fatah? Esto puede haber sido importante
para algunos votantes, pero ¿desde cuándo la corrupción
hace caer a un político? Ciertamente no en Israel, donde la
corrupción de Sharon ha sido como un libro abierto, pero perdonada
por los que dan apoyo a su política. La corrupción es
tolerada cuando hay una alta aprobación en otros aspectos.
La corrupción del anterior gobierno palestino hubiera sido
pasada por alto si hubieran podido mostrar algún progreso hacia
el fin de la ocupación.
2) Cuando los terroristas se convierten en políticos
Recuerdo como estaba de pie en el balcón de mi casa en Jerusalén
en una preciosa mañana de mayo de 1997 y como me quedé
boquiabierta al oir quien había ganado las elecciones israelíes:
Menahem Begin, el que fuera jefe de una organización terrorista
judía que mató a 91 civiles en un atentado en el Hotel
Rey David en 1946. Y luego fue Begin quien devolvió la Península
del Sinaí y negoció la paz con Egipto. En 2001, Israel
eligió a Ariel Sharon, responsable de episodios sangrientos
en Qibiya, Beirut, Gaza, Sabra y Shatila, y otros más. Y entonces
fue Sharon quien devolvió Gaza – de un modo imperfecto,
pero que sentó un precedente especialmente importante.
Yo condeno el terrorismo, tanto si es “partidista” o de
Estado, y yo nunca hubiera votado por Hamas (ni a Begin ni a Sharon).
Pero, ¿quién está mejor posicionado que Hamas
para alcanzar un compromiso de paz? Tenemos el reflejo de Israel en
las elecciones Palestinas: igual que la derecha israelí (Begin
y Sharon) pudieron hacer concesiones más fácilmente
que Yitzhak Rabin, que todo el tiempo tenía que enfrentarse
a la derecha, del mismo modo puede Hamas movilizar más apoyo
para hacer concesiones que el partido más moderado Fatah podría
ahora emprender.
3) Sobre el progresivo fundamentalismo
Sí, estoy preocupada por el gobierno de Hamas, principalmente
por lo que se refiere a su programa doméstico para Palestina.
Estoy preocupada por las mujeres, por los no-musulmanes, por los periodistas,
los gays, los artistas y todas esas personas que se benefician de
una sociedad abierta. ¿Hasta qué punto aumentará
Hamas el papel de la ley Shari’a (musulmana) en la vida civil?
¿O la educación religiosa en las escuelas? Por otra
parte, es bien evidente que los palestinos han experimentado la democracia
y no tolerarán fácilmente un cierre en su sociedad.
Me anima el estudio sobre la población palestina publicado
esta semana, en Al-Hayat-Al-Jadeeda y al que hace referencia el Jerusalem
Post: El 84% de los palestinos apoyan un acuerdo de paz con Israel.
Si te preguntas si este porcentaje incluye a Hamas, el 75% de los
votantes de Hamas son contrarios a los llamamientos en favor de la
destrucción de Israel. Hamas sabe que los laicos son una parte
importante de su electorado.
4) Y ¿quién se beneficia del fin de la ayuda
extranjera?
Hasta ahora los políticos americanos e israelíes han
estado abogando por una política que aislara y castigara a
los palestinos retirándoles la ayuda financiera. Todo el mundo
sabe que esto desestabilizaría la frágil economía,
dañaría a los inocentes (pero no a los políticos),
y fomentaría la creciente amargura contra el occidente secular.
Una alternativa mucho más razonable sería ampliar el
apoyo y ver si Hamas lo usa responsablemente. O ¿es que alguien
tiene interés en sembrar el caos en los Territorios Palestinos?
Sí, yo también quisiera exigir una renuncia al terrorismo
y a la violencia como un paso previo a las negociaciones…. Me
gustaría exigírselo a ambas partes. Pero desde un punto
de vista realista, esto tiene que ser parte de la negociación.
Gila Svirsky
Coalition
of Women for Peace
(Traducción:
AMdelMar, MdN, Barcelona)
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