mujeres y paz

1000 Mujeres para el Premio Nobel de la Paz 2005


Uruguay


Beatriz Benzano
Educadora social

Ex-monja, ex-presa política, actual militante por los derechos de género y en apoyo a las personas en situación de calle. Como monja dominica, conoció el sufrimiento de las poblaciones marginadas de Montevideo, Buenos Aires y Santiago. Dejó su orden y se unió al legendario movimiento Tupamaro, hasta que fue capturada, torturada y confinada en una prisión durante cuatro años. Regresó a Uruguay desde su exilio en Francia para crear el Grupo Alborada de Nuevo París "Mujeres por una Vida Digna", ayudando a personas sin techo y a familias cuyas vidas han sido destrozadas por el paro. Dedicó su trabajo especialmente a la defensa de las mujeres abandonadas.

María Elena Curbelo
Pediatra
Nació en Montevideo, Uruguay, en 1945. Trabaja como médico pediatra en las comunidades más pobres tratando casos de malnutrición infantil y llevando a cabo actividades educacionales con madres de familias numerosas, muchas de ellas madres solteras o cuyos maridos pasan mucho tiempo fuera de casa debido a su trabajo. María Elena vive en una de estas comunidades, compartiendo sus privaciones, aunque ella además sufre una invalidez motor severa y diferentes enfermedades crónicas.

Belela Herrera Sanguinetti
Viceministra de relaciones exteriores
Su vida cambió con el golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile, en 1973. En aquel momento, Belela Herrera, nacida en Uruguay y madre de cinco hijos, vivía en Chile. El país sufría los toques de queda, las desapariciones y los arrestos diarios. Su casa se convirtió en un refugio de chilenos y personas de otras nacionalidades perseguidas por los militares. Salvo la vida de muchas personas, arriesgando su vida durante su trabajo para el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Hoy, Belela tiene 77 años y es viceministra de relaciones exteriores.


Dora Paiva
Asistenta social
Ha trabado en muchos proyectos diferentes: construyendo casas, haciendo muñecas de trapo, plantando árboles y organizando talleres de tejido para hacer productos artesanos a mano en el telar usando lana rústica. Pobladora del asentamiento "La Tablada" de Salto, es militante por los derechos económicos y sociales de los pobladores de asentamientos en su ciudad. Durante décadas, ha trabajado en actividades para ayudar al desarrollo social. Su trabajo se ha centrado en un solo objetivo: enseñar a las personas a tener esperanza.
Más información: Perfil de Dora Paiva