ecología

Fòrum Universal de les Cultures - Barcelona 2004



Concebida por Vittorio Ferruci y presentada en el marco de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo, esta máscara representa la relación universal entre el agua, el ser humano y la vida.

Compromiso Ciudadano por el Derecho al Agua:

Es imperativo precisar y mejorar los objetivos del Milenio sobre el agua potable y los acuerdos de Johannesburgo sobre el saneamiento, dotándose de herramientas de monitoreo que permitan evaluar los resultados conseguidos.

Es imperativo encontrar una solución sostenible y justa al problema de la deuda de los países en desarrollo para hacer posibles los objetivos establecidos en este compromiso ciudadano por el derecho al agua.

Es imperativo fijar reglas que garanticen que el agua, considerado recurso y no mercancía, es un patrimonio colectivo.

Es imperativo garantizar el derecho a un acceso justo al agua y al saneamiento precautelando el derroche, las irregularidades de funcionamiento y la contaminación.

Es imperativo promover la participación efectiva de los ciudadanos y comunidades locales garantizando una gestión justa y sostenible de los recursos hídricos.

Celebramos el hecho de que el Comité de Derechos Económicos, Culturales y Sociales de las Naciones Unidas, en su reunión del 28 de noviembre de 2002, en Ginebra, reconoció el derecho de acceso al agua como un derecho humano fundamental e inalienable.

Por lo tanto, es imperativo que el derecho internacional garantice el derecho al agua y que los estados tengan la oblicación de obrar por su implementación.

La Asamblea Mundial de Sabios del Agua, reunida por vez primera en Kyoto, afirma que:

— El acceso al agua y al saneamiento debe ser un derecho del que nadie puede ser privado. Los estados son responsables de llevarlo a la práctica.


— Los ciudadanos y los miembros de las comunidades locales tienen derecho a las decisiones.
Todos los usuarios, hombres, mujeres y jóvenes, deben estar presentes en todos los niveles de la organización, de la gestión y de la toma de decisiones concernientes a la política del agua. Esta participación debe ser efectiva en el marco de los servicios de agua potable y de saneamiento gestionados por las colectividades locales. La particiación de los ciudadanos usuarios debe comenzar en la concepción de los proyectos, debe continuarse en el momento de su realizacón y consolidarse a lo largo de la gestión de los servicios. Cuando las circunstancias locales lo demanden, las comunidades y los ciudadanos organizados deben poder apropiarse de los medios de servicio de agua y de saneamiento. La participación debe ejercerse igualmente a nivel de las unidades hidrográficas.

— Los ciudadanos y los miembros de las comunidades tienen derecho a la información.

La gobernabilidad parte del principio de ciudadanos informados. Los responsables políticos y los operadores de los servicios de agua y saneamiento deben rendir cuentas dentro de una transparencia total. La información es una condición indispensable en la lucha contra la corrupción y toda forma de abuso de poder.

— Los ciudadanos y los miembros de las comunidades gozan del derecho de acceso al financiamiento.
Los mecanismos financieros propuestos deben ser flexibles, eficaces y rápidos para ponerse en ejecución por las comunidades. La manera cómo son distribuidos los recursos, según qué prioridades y según qué estrategias serán usados, es igualmente una cuestión crucial. Los ciudadanos deben ser asociados a cada una de estas decisiones.
Las tarifas de los servicios de agua deben ser adaptadas a la capacidad económica de las poblaciones, garantizando el derecho al agua a las personas sin recursos. El sistema de tarifas debe igualmente incitar a una utilización responsable del agua. Una solidaridad financiera local, nacional e internacional debe poder completar los mecanismos exigentes. Para innovar en este sentido, merece considerar la constitución de un fondo descentralizado para apoyar las iniciativas locales.

— Los ciudadanos y los miembros de las comunidades locales tienen derecho a recurrir.


Por lo tanto, la Asamblea Mundial de Sabios del Agua:

  • Se propone contribuir a la elaboración de un tratado global sobre el agua,
  • Sugiere la puesta en operación de una red de monitoreo internacional que involucre a la sociedad civil, las administraciones locales y regionales, los gobiernos y los organismos internacionales,
  • Propone la creación de defensores del agua (Water Ombudspersons),
  • Decide publicar con regularidad el Libro Azul: Agua, Vida, Pueblos, un informe por países sobre las desigualdades de acceso al agua potable, al agua productiva y al saneamiento, así como sobre el lugar y la participación del ciudadano en la toma de decisiones.


Con las mencionadas medidas se pretende evaluar los resultados obtenidos en el marco de los compromisos adquiridos sobre la base de la igualdad, la solidaridad y el control ciudadano. Apuntan a la salvaguarda de las poblaciones, particularmente las más pobres, proponiendo soluciones alternativas y participativas, adaptadas al contexto local y respetuosas con el medioambiente. Deben también descansar sobre competencias reconocidas y ejercerse de manera independiente superando todo interés partidario.
Estas medidas apoyan la implementación de actividades de desarrollo que respeten los derechos reivindicados por la Asamblea Mundial de los Sabios del Agua.

La Asamblea Mundial de Sabios del Agua y el Comrpomiso Ciudadano por el Derecho al Agua son ambos frutos de dos años de consultas, debates democráticos e intercambios de conocimientos sobre los diversos aspectos de la gestión del agua. Dicho proceso se llevó a cabo mediante dos foros virtuales (Agora 21 y Virtual Water Forum), una consulta con las redes afiliadas y los colaboradores del SIA y de la Green Cross International y actividades celebradas en la Casa del Ciudadano y del Agua de Kyoto.

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