Galit Altshuler: "Las mujeres en Israel son la parte débil de la sociedad"

Galit Altshuler es israelí y miembro de Mujeres de Negro desde el inicio de la segunda Intifada (septiembre del 2000). Aunque nació y creció en Tel Aviv, Galit ha pasado diez años en Jerusalén y, actualmente, vive en Alemania. A lo largo de su estancia en el país germano ha cooperado con el grupo de Mujeres de Negro de Friburgo y ahora reside en Berlín, donde participa en varios grupos de discusión sobre el conflicto de Oriente Medio.

Reunidas en una cafetería berlinesa, Galit nos habló de sus sentimientos y experiencias como miembro de Mujeres de Negro y de sus nuevos proyectos en la capital alemana. Esto fue lo más destacado de nuestra conversación.

De la pasividad al activismo: la reacción a la segunda Intifada

Galit- Desde hace 14 años existe Mujeres de Negro en Jerusalén. Ya entonces yo las veía cada semana manifestarse en las calles, los viernes entre la una y las dos del mediodía, pero no participaba. Yo conocía a un par de personas de las que allí estaban, aunque entonces no podía entender sus motivos o pensaba que sí que era importante lo que hacían pero que yo no iba a ser parte de ello. Cambié de opinión durante la segunda Intifada. Cuando empezó yo estaba en Marruecos. Entonces oí que había nueva resistencia por parte de los palestinos. Después de tres semanas volví a Israel, era jueves, y el viernes había la concentración de Mujeres de Negro en la plaza donde siempre se encontraban. Y a partir de entonces fui cada, o casi cada, viernes allí con ellas.

Hace ya 14 años y desgraciadamente me temo que todavía se van a manifestar durante largo tiempo. Todavía se manifiestan en estos tiempos difíciles todos los viernes, ahora no sólo mujeres sino también grupos opositores en Israel en contra de la ocupación de los asentamientos en el territorio palestino. Hay todavía mujeres del primer grupo de fundadoras y hay también mujeres nuevas, aunque también hay hombres. No está estrictamente reglado que sólo las mujeres puedan participar, el núcleo son Mujeres de Negro pero los otros que vienen sirven para dar más fuerza a la oposición.

Evolución del grupo y de la sociedad israelí

Galit- Hubo un tiempo, durante los acuerdos y las conversaciones de Oslo, en los que hubo menos Mujeres de Negro, a veces eran cuatro, cinco, ocho, pero siguieron manifestándose, también en Oslo. Hoy son entre 20 y 50, pero no más. Se manifiestan siempre vestidas de negro, con manos de cartón en las que escriben en hebreo, inglés y árabe simplemente: "Parad la conquista" o "Parad la ocupación de los territorios palestinos".

Normalmente las reacciones son muy malas. Hay un centro llamado París, muy concurrido, y por allí pasan muchos autobuses, coches y grupos de personas que visitan el centro de Jerusalén. Allí las personas esperan delante del semáforo y nos insultan, nos gritan, nos increpan. Hoy en día las reacciones se han vuelto todavía más extremas. Cuando hay un atentado, sobre todo, nos llaman "traidoras" y nos insultan. La gente es muy emocional, a los insultos no vale la pena contestar, pero a veces hay algunos que intentan entablar una conversación. Pero no se trata de conversaciones normales, sino de verdaderas discusiones. Nosotras intentamos mostrar nuestro punto de vista y explicar porqué hacemos esto, que nosotras somos también israelís como los otros, pero por el momento, ya desde hace largo tiempo, todo es blanco o negro, y quien da apoyo a los palestinos recibe siempre reacciones agresivas.

La desconfianza entre las dos comunidades dificulta el contacto

Galit- Es muy difícil mantener el contacto entre israelís y palestinos. Hubo contactos y hay todavía hoy grupos de mujeres en Israel que vienen de Betsafafa, Betsamina, en los alrededores de Jerusalén, donde no tienen fronteras. Hay intentos de contactar con Jerusalén Este, pero es muy difícil para ellas. Hay muchos checkpoints y no pueden venir, pero no sólo eso, muchas veces es realmente peligroso. Incluso dentro de la sociedad palestina las personas que tienen relaciones con israelís son consideradas traidoras. Tienen realmente miedo, porque el servicio secreto interior, el Shin Beth, utiliza a los árabes y a la gente en Palestina para hacer su trabajo más fácilmente. Y cada palestino que tiene contacto con israelís puede ser acusado de trabajar para el servicio secreto israelí.

Entre la primera y la segunda Intifada, la situación era mejor, yo tomé parte durante este tiempo y había mucho más contacto. Hoy, incluso físicamente, no es lo mismo. A pesar de que sea una misma ciudad, el este y el oeste está dividido por todas partes por checkpoints, y el oeste registra a cada árabe que intenta cruzar para ir al médico, al hospital o para asistir a una manifestación. Ha de pasar una o dos horas en el checkpoint hasta que puede pasar. A veces Mujeres de Negro organiza actos en lugares situados justo en la frontera, de manera que los palestinos puedan también asistir, e intentan organizar grandes manifestaciones en Jerusalén.

Las Mujeres de Negro se manifiestan regularmente en Jerusalén, pero hay también mujeres que organizan actividades en Tel Aviv, y entonces nos trasladamos allí. Realmente, Mujeres de Negro es un grupo pequeño. Tenemos contacto con los grupos pacifistas de izquierda y si Mujeres de Negro organiza un acto también acuden otros grupos. Hay una coalición de mujeres en Israel y Mujeres de Negro forma parte de ella. Políticamente, a veces se unen con Hadash, el partido comunista, y Kushansky, que es un miembro del Parlamento, y a veces él viene a nuestras actividades, pero Mujeres de Negro no participa activamente en política.

¿Cómo tendría que ser la paz en el conflicto de Oriente Medio?

Galit- Cuál es la mejor solución no está siempre claro, hay mujeres que piensan que por el momento sería mejor crear dos países: Israel y Palestina, otras que piensan que esta solución no serviría, éstas están en contra de toda clase de nacionalismos y hablan de un solo país con dos grupos. En este momento, probablemente, la primera opción es la que va ganando más adeptos. Pero sé que hay muchas discusiones alrededor de cómo sería posible esta solución, porque no podría durar mucho tiempo: Palestina depende completamente de Israel, económica y socialmente. No tienen ningún mar, ningún aeropuerto, todo pasa por Israel. Creo que las personas de izquierda cada vez ven menos una solución en esta posibilidad y se decantan por la existencia de un solo país y el poder dividido en dos. Yo no creo que los palestinos puedan pasar de ser los ocupados a formar parte de un mismo país con los israelís. Creo que han de tener su propia nacionalidad, sus símbolos, su identidad, su carácter y quizás entonces funcionaría la posibilidad de un solo estado. El problema es que ni hablan el mismo idioma, ni tienen la misma mentalidad.

Yo no estoy de acuerdo con esta visión, preferiría un país democrático donde viven dos grupos, y no un grupo étnico que controla el poder. Pero esto es todavía una utopía. Hay grupos que intentan trabajar a partir de esta idea y desarrollar este proyecto. No son un grupo político, pero organizan acciones y actividades políticas en Israel y con la sociedad árabe. Se trata de un grupo judío-árabe en Israel. Los que participan en este grupo tienen ideas distintas, pero todos defienden e intentan difundir el concepto de un país para dos grupos.

El papel de las mujeres en la sociedad israelí

Galit- Las mujeres en Israel son la parte débil de la sociedad. Es una sociedad muy militarista donde los hombres juegan el papel más importante, porque van al ejército y luchan. Por eso es importante el grupo de 350 hombres que han expresado su oposición al servicio militar en los Territorios Ocupados. Las mujeres en cambio no tienen que ir al ejército como reemplazo. Yo estuve tres años en el ejército haciendo el servicio militar, pero luego ya no me pueden llamar más, sólo a los hombres.

El papel de las mujeres en Israel no es muy importante a la hora de influir, pero no podemos olvidar que el grupo empezó con cuatro mujeres, cuatro madres, y este grupo influyó mucho en la sociedad israelí para lograr la retirada del Líbano. Fueron cuatro madres que en cada manifestación y en cada posibilidad de la que disponían llamaban a la sociedad israelí a abandonar el Líbano. Tuvieron gran éxito. Pero yo creo que su éxito radicó en que eran madres y no en que eran mujeres. Y ahí es donde está la diferencia entre ser mujer y ser madre. Porque las madres que habían perdido a sus hijos en el Líbano influyeron fuertemente en la sociedad. En la sociedad israelí la palabra "madre" juega un papel muy importante. Pero no "mujer", eso es otra cosa.

Dentro de Mujeres de Negro hay lesbianas, mujeres solteras, libres, modernas, o simplemente que no comulgan con la mentalidad dominante en Israel. Por eso, tienen más dificultades para influir en la sociedad. Ellas intentan jugar como mujeres un papel en el proceso de paz y participar, pero mira en Oslo o en cualquier otra reunión, allí todos son generales que intentan llegar a un acuerdo. No hay ni una mujer, ni siquiera en el parlamento. Las mujeres no participan en los comités sobre seguridad, ellas participan en comités sobre temas sociales, trabajo, educación, pero no en los comités de seguridad, allí todos son hombres y generales. Ellos son los que hablan sobre seguridad, aunque no nos dan ninguna seguridad. La sociedad israelí, como la palestina, no tiene seguridad, el terror es para ambos.

La imagen del conflicto en Europa

Galit- Los alemanes son complicados y yo creo que muestran más la parte israelí que la palestina, lo que muchas veces es falso. Pienso que con el tiempo Alemania critica ahora más a Israel que en el pasado pero, como yo lo veo, muestran más comprensión por la situación de Israel que por la de los palestinos y me da la impresión de que los palestinos están bastante aislados. Pero, ¿quién es el fuerte aquí? Israel tiene una economía fuerte, tiene dinero que recibe de los Estados Unidos y de Europa, de Alemania.

Alemania paga sólo para sentirse mejor, pero con este dinero se financian muchas de las armas del ejército israelí. La gente en Alemania todavía no se atreve a criticar a Israel. Esto lo puedo entender, hay una parte de sentido en esta afirmación, pero por otra parte Alemania financia a Israel, y si yo financiara a alguien también sería criticada si hace con mi dinero algo con lo que yo no estoy de acuerdo. Por eso pienso que tienen que criticarlo, es su dinero. Como israelí me enfada que Alemania dé dinero para tranquilizar su conciencia y le dé igual lo que Israel haga con ese dinero. Si yo doy dinero a un drogadicto y él se compra droga, yo también soy responsable.

La importancia de los movimientos sociales en Israel

Galit- El primer problema en Israel es que ya no hay izquierda, o no hay una masa de izquierdas. Hay sin embargo unas 15.000 personas consideradas radicales de izquierda. Para Israel yo también soy una radical de izquierdas. Pero yo no me siento radical, yo sólo hablo de mi sociedad. Y mi sociedad me da miedo. Veo que peligroso es en este momento el radicalismo, el racismo con el que la gente habla, lo que dicen y lo que hacen. Si me quieren llamar radical de izquierdas está bien, pero yo no me siento así, y desgraciadamente estamos hablando de 15.000, máximo 20.000 personas que son activas, de un total de seis millones. Desgraciadamente es muy peligroso, porque no hay oposición. Si Peres, del Partido Laborista, pertenece a este gobierno de extrema derecha, significa que no hay oposición.

Las mujeres toman la palabra

Galit- He trabajado muchas veces en organizaciones con hombres y mujeres, y los hombres tenían siempre más control, aunque a menudo no eran los que trabajaban más. Ellos no eran los que organizaban los pequeños detalles, pero sí los que lideraban las acciones. Creo que a veces las mujeres tienen que dirigir sus propias organizaciones solas. No tengo nada en contra de los hombres, pero cuando hay hombres son ellos los que mandan, o incluso la gente se dirige más a ellos y les escuchan, mientras que si una mujer dice algo no le hacen caso tan fácilmente. Por eso yo apoyo a las mujeres en este sentido de trabajar solas, encontrar su espacio y expresar su opinión libremente. También es muy diferente cómo se organizan las cosas cuando hay hombres o cuando sólo hay mujeres. Los hombres son más prácticos, mientras que las mujeres discuten más.

ø Susana Galán, WLOE. Marzo 2002.